lunes, 30 de abril de 2018

União por Moradia Popular: El acceso al hábitat en Salvador de Bahía

El nuevo barrio está en la periferia de la ciudad de Salvador de Bahia, a la vera de la Estrada Velha do Aeroporto, una arteria donde se fueron construyendo espacios residenciales cerrados destinados a distintos sectores poblacionales, que se intercalan entre la exhuberante vegetación tropical de la zona. Un sector urbano que está próximo a modificarse con la construcción de una nueva avenida o con el ya próximo metro.
Las obras están avanzadas y el futuro "Condominio das Mangueiras" se encuentra muy próximo a ser una realidad. De hecho ya lo es para un grupo de seis familias que por distintas circunstancias y urgencias están ya habitando el sitio, pero tambien lo es para quienes a diario se esfuerzan en avanzar en los aspectos remanentes para lograr el final de obra. Fueron muchos los años y las luchas por ese derecho a la tierra y la vivienda que la União Nacional por Moradia Popular viene desarrollando en Brasil, y mas precisamente en Salvador.




La Uniao Nacional por Moradia Popular  comienza a gestarse en torno a 1989 a partir de acciones vinculadas al Proyecto de Ley de Iniciativa Popular que da origen al Consejo Nacional por Moradia Popular en Brasil, y que tuvieron su epicentro fundamentalmente en los estados de Paraná, Sao Paulo y Minas Gerais donde se nuclearon y articularon las luchas y movilizaciones de los movimientos de hábitat y vivienda, fundamentalmente vinculadas al derecho a la vivienda, la reforma urbana y la autogestión. La actuación se extendió hoy en distintos estados brasileños, "siempre defendiendo la propuesta autogestionaria, el derecho a la vivienda y a la ciudad, y la participacion popular en las políticas públicas" (UNMP). 


La Uniao por Moradia Popular Bahia surge posteriormente, cuando la organización nacional se hizo presente en distintos estados brasileños, "siempre defendiendo la propuesta autogestionaria, el derecho a la vivienda y a la ciudad, y la participacion popular en las políticas públicas" (UNMP). En el caso de Bahía, el inicio se remonta a 1999 con el objetivo de "organizar las diferentes comunidades de habitantes de Salvador, creando un movimiento social fuerte que pudiese apoyar las reivindicaciones de los barrios y mejorar las condiciones de vida de las personas que habitan barrios populares" (UMPB). La sede bahiana de la UNPM como organizacion social sin fines de lucro fue fundada formalmente en 2004. 

La experiencia de Condominio das Mangueiras surge como una ocupación de tierra suburbana llevada adelante por la organización popular, que luego de muchos años y luchas consigue adquirir la parcela para el desarrollo de un proyecto habitacional, inicialmente a traves del "Programa de Crédito Solidario" y en el marco de una mesa de concertación entre el gobierno federal, el privado (propietario del inmueble) y las familias.

El Programa (...) es fruto del trabajo de los movimientos nacionales de Vivienda Popular y del Concejo Nacional de las Ciuddes, en su lucha por garantizar la Vivienda Popular Digna, consistiendo en el financimeinto con recursos del FDS (Fondo de Desarrollo Social del Gobierno Federal, Ministerio de las Ciudades) transferidos directamente a las familias organizadas en asociaciones o entidades, de forma autogestionaria, teniendo a la CAIXA Economica Federal como agente operador (UMP Bahía).


Marli, coordinadora de la Uniao en Bahía, pero también futura habitante del Condominio das Mangueiras, comenta que las familias están juntas desde 2005, al darse inicio al proceso de ocupación del predio, y que fueron consolidando su organización a través de una serie de reuniones, discusiones y decisiones grupales que los aglutinaron en función de lograr ese sueño colectivo del acceso a la vivienda. En ese proceso se fueron eligiendo los "gestores" entre las propias familias, cuyo rol es muy importante en la organización y administración de la obra, ya que se ocupan del seguimiento de la misma, los presupuestos, la adquisición de los materiales, entre otras cuestiones.

Inicialmente el proceso no tenía participación del gobierno estadual ni del municipal, siendo los recursos exclusivamente federales (posteriormente enmarcados en el programa Minha Casa Minha Vida) los que dieron sustento a la propuesta. En el Condominio de las Mangueiras, el costo de cada vivienda es de 24.000,00 reales, incluyendo un financiamiento toal de 7.488.000,00 reales, a ser pagados en 20 años, sin intereses y con el aporte de horas de mano de obra que por esfuerzo propio esas mismas familias deberán realizar a lo largo de la construcción (tareas de limpieza, organización, movimiento de materiales, escombros y otros, tareas de paisajismo, etc.).Por otra parte, se incorporaron luego aportes del Gobierno de Bahía (Fondo Estatal de Combate a la Pobreza) con un fondo subsidiado de 5000 reales por familia.








En la actualidad, el proceso se encuentra en su fase final de construcción (y una de las gestoras es la encargada de mencionar orgullosa que solo queda ejecutar revestimientos, pisos, aberturas, y algunas terminaciones). El grupo por otra parte, multiplica proyectos colectivos: en estos días se dio inicio al nuevo centro comunitario, que imaginan com un espacio para las reuniones e incluso para el desarrollo de algunas actividades de capacitacion y productivas que llevan adelante (como por ejemplo el taller textil y de serigrafía) o comunitarias (como el taller de expresión gráfica a través de graffitis destinados a los jovenes del nuevo barrio).





El proceso evidencia muchas cuestiones comunes a las experiencias de autogestión del hábitat en nuestros países: el rol protagónico de las mujeres (marcando la "avanzada", esa instancia donde la compañera se acerca a averiguar para luego nunca dejar de involucrarse, y que deviene en la incorporación paulatina de los compañeros varones cuando la cosa "empieza a concretarse"), la complejidad de los procesos que vuelven siempre mas lentos los plazos y mas urgentes las necesidades, la persistencia de los objetivos a pesar de todo y de todos, la importancia de la participación de equipos técnicos y su compromiso con los procesos, entre otros aspectos), pero sobre todo, materializa esa cuestión tan básica que hace posible el real mejoramiento del hábitat: la necesaria e inescindible relación entre organización autogestionaria y políticas públicas. Son ambas las que estando presentes, retroalimentándose e interrelacionándose, permiten concretar ese derecho a la vivienda y la ciudad que perseguimos.

En este caso, ese derecho era un sueño individual hace trece años atrás y hoy tiene forma de realidad colectiva a partir de esa autogestión y de una política pública que fue capaz de consolidarla y materializarla.

Tal vez por eso, es la mirada de Lula bajo la forma de una pegatina en la puerta de acceso a la obra, la que sintetiza el relato de lxs compañerxs de la Uniao. Esa mirada que nos recibe acompañada de un texto que grita y nos alerta que: "jamás podrán encarcelar nuestros sueños". 

Y ese sueño está ahí, se puede ver, recorrer, admirar... y en poco tiempo más, habitar.