La isla de Cozumel, en el caribe mexicano, presenta una indudable belleza paisajística que lo convierte en uno de los destinos turísticos más destacados del área. El desafío de reconocer en el sitio la presencia de la vivienda cozumeleña se enmarcó en una estancia de reconocimientoe investigación en la Universidad de Quintana Roo (Arq. Paola Bagnera, con la coordinación académica del Dr. Oscar Frausto) y que permitió visualizar una serie de escenarios habitualmente poco reconocidos.
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Residencial Altamar, 2011 |
En torno a los años 80 se desarrollan las primeras acciones, derivadas
tanto de operaciones planificadas del tipo “lote con servicios” como acciones habitacionales promovidas por organismos públicos. Sin embargo, el
impacto más importante en la estructura urbana cozumeleña y en la propia
producción habitacional se genera posteriormente y es protagonizada por las
empresas desarrolladoras privadas, donde el Estado adquiere abandona su rol
promotor para actuar como “facilitador” del mercado.
El modo predominante de actuación se basó en la vivienda unifamiliar, definiendo una ocupación urbana periférica extensiva de baja densidad. En este sentido cabe destacar escalas diferenciadas de adecuabilidad de
las respuestas, que van desde tipos resueltos en parcelas de escasos 6 a
7,50 m de ancho, en superficies que se definen entre 100 y 150 m2. En dichas
condiciones, la idea de vivienda “progresiva” que de alguna manera fue la modalidad tradicional de ocupación de los lotes con servicios, se
ve imposibilitada y queda reducida habitualmente a la solución aportada por el desarrollador. En los casos en donde ésta resulta visiblemente
inadecuada para la habitabilidad familiar, los procesos de completamiento y/o
ampliación a cargo de las familias, carecen por dicho motivo, de opciones
adecuadas para su desarrollo. Por otra parte, la
extrema repetición del tipo básico, remarca el carácter compacto, denso y
uniforme de la implantación, también en una evidente oposición a la imagen resultante
de la expansión urbana tradicional.
Asimismo se verifican instancias de autoconstrucción de evidente
precariedad material, definida por la presencia de una serie de elementos
básicos para la resolución de la vivienda familiar, cuyas condiciones de
vulnerabilidad resultan evidentes. Si bien estas viviendas no resultan un
número significativamente elevado en la configuración de dichas colonias,
resulta notoria su presencia intersticial (y no como áreas definidas en tanto
su propia precariedad) o materializando nuevas ocupaciones periféricas de "lotes con servicios".